El sendero transcurre en gran parte por una antigua calleja y aunque en algunos tramos nos encontraremos con abundante maleza, no tendremos muchos problemas en recorrerla si vamos acompañados de algún guía local que conozca su recorrido e historia. 

     Nos encontramos en plena naturaleza arribeña: cruzaremos pequeños regatos e iremos paseando entre abundante vegetación y arbolado (principalmente robles centenarios, encinas y fresnos), mientras observamos el vuelo de Buitres Leonados nos iremos encontrando con unas excelentes vistas de las Arribes del Águeda y del canal realizado para trasladar el agua desde la presa (1 km. por encima de los baños) hasta la Minicentral Hidroeléctrica, (5 km. más abajo). Antes de llegar a nuestro destino, pasaremos al lado de una antigua casa ya derruida y un corral de piedras en perfecto estado, utilizados por pastores de cabras. Un poco mas adelante veremos pilones de piedra y establos para albergar a los burros o mulos utilizados para llegar a los baños. 

     En el recinto de los baños, hoy solamente podemos contemplar unas ruinas donde existieron unos baños de aguas sulfurosas, indicadas para enfermedades de la piel y reumáticas, que gozaron de gran fama por toda la comarca.

     La construcción de Los Baños de la Fuente Santa se llevó a cabo por el vecino Diego Bernal a mediados del Siglo XIX, estando en funcionamiento hasta los años sesenta. Abandonados desde entonces, los tejados se derrumbaron hace pocos años y actualmente únicamente quedan en pie las paredes, el pilón de calentar el agua y la piscina.

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